viernes, 16 de diciembre de 2011

Nuestra tertulia en Google +

EnlacePor Alquimista de Viento

Como parte de la temporada de fin de año, nuestro espacio entrará a las redes sociales publicando noticias de nuestras actividades que a menudo se realizan en el blog. Los interesados en mantener vinculos con nosotros pueden ir a nuestro espacio y visitarnos.

No dejen tampoco de visitar nuestro blog, puesto que habrán cosas buenas para 2012.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Gustavo Tatis Guerra


Su infancia transcurrió en los patios de Sahugún (Córdoba), su ciudad natal y Monteria. Ha publicado cuatro poemarios: Conjuros del Navegante (1988), El Edén Encendido (1994), Con el Perdón de los Pájaros (1996) y He Venido a ver las Nubes (2007).

Es autor del libro La ciudad amurallada - Cronicas de Cartagena de indias, galardonado con el Premio de Periodismo Simón Bolivar en 1992 y coordinador del suplemento dominical del diario El Universal. Dirige el taller de crónica de la Universidad de Cartagena.

HERÁCLITO

Nadie se baña dos veces en la misma lluvia.
La lluvia es un río de pie
que derrama todos los secretos del cielo
Limpia la soledad de los ángeles y devuelve peces
guardados en las nubes.

Lava mis pensamientos en mi refugio
silencioso de la montaña
soy como el niño descalzo bajo la lluvia
el hacedor de preguntas se detiene bajo el agua
y sabe que algo maravilloso puede ocurrir
si la piedra suspende su silencio y empieza a revelar
lo que aconteció la noche antes de la vida
los efesios me llaman El Oscuro
tal vez porque descifro enigmas del cielo y de la tierra
porque bebo agua fresca en la cuenca de una piedra
porque me alimento con un poco
de harina de centeno
porque aprendi a esperar
como un recién nacido
hasta encontrar lo inesperado.

ENSALMO

Quiero que sepas que el poema puede curarte
como esas flores y raíces del bosque.
Como esos secretos de la selva virgen
puede sanarte ese dolor que sientes
más allá de ti
El poema es un ensalmo
un talismán
para que tu soledad resplandezca
en el abismo de mis manos.

EL SOÑADOR DE BOSQUES

Los árboles no duermen
A través de sus sombras viajan y recuerdan
reconocen la mano que guarda sus silencios
y cuando la brisa pasa se inclinan a saludar.

Bajo la tempestad escuchan la agonía
de los árboles viejos
y saludan desde sus orillas inmóviles
el sereno esplendor de la caída.
Saben que el hombre que vino anoche y los abrazó
guarda en su interior la antigua sabia
de los orígenes,
Tal vez jamás vuelvan a verse
pero el siempre llevará
la secreta sombra de un corazón plantado
en el viento,
una raíz secreta que cada día lo acercará
más al cielo.

PADRE

Un pajaro oscuro
de sigilosa dicha
aletea sobre tu frente
en tu alma de niño
que juega
a repetirme.

ORACIÓN

Dame, oh Señor
La inocencia de las bestias.
El corazón salvaje de las ballenas.
La mirada clara y antigua
de los caballos.
La intuición de los delfines.
El amor de los tigres.

Soy demasiado pequeño
para que me toques
con la yema de tus dedos.

Los Pasos de mi Abuela


La vejez es el precio que pagamos por vivir demasiado
E. M. Cioran

Abuela, abuela
tu sonrisa no se extingue
es como la lumbre de tus ojos
que brillan más allá de la muerte.

Perdida esta tu imagen
en el pasaje de mis instantes
sigues andando
con tu paso entristecido
tus cabellos nevados
tus manos entrelazadas
tus apagados parpados
el baúl oxidado de tus historias.
Tu beso en mi mejilla sonrosada
cuando la infancia transparente
se encuentra con el fluir sabio de la vejez.

Abuela, abuela
aun veo tu rostro en las ancianas
que deambulan por una ciudad caótica
con sus agridulces años a cuestas
te veo también
en el rostro de mi madre
esa parte de ti
que renace en sus facciones.

Abuela, abuela
recuerdo las hermosas
tardes de carnaval en mi alma
cuando presentía tus pasos
me lanzaba entre tus brazos
buscando las gelatina de pata
dentro de una bolsa de papel
mis manos y mi ropa.
Se impregnaban de la blanca maizena
ahora que lo recuerdo
vuelve a nacer el niño
que el bullicio del mundo
no ha logrado asfixiar.

Abuela, abuela
habitas el palacio de mis sueños
en esa patria infinita de la ausencia
donde tu andar tiene el peso del exilio
que solo la muerte otorga definitivamente.

Lo eterno es el olvido
esperame abuela,
pronto estaré contigo
también hay decadencia en mi transitar
los libros me han envejecido
mi cuerpo esta cansado
y añora esa libertad
que nunca será la vida.

Rausán Arenas