viernes, 2 de septiembre de 2011

EL TRANSFONDO DE LA SOMBRA



JAIRO ALBERTO LOPEZ.


(Aranzazu, Caldas.1964).

Saneador ambiental de la Universidad Distrital Francisco José De Caldas. Poeta y pintor. Autor del compilado “Cuentos Origami”. Ha publicado “El Grito De Los Muros” 2005.

Textos suyos hacen parte de algunas revistas y de la colección 50 Poetas Colombianos y una antología (Editorial Casa de libros de Ibagué, 2010). Ha participado en diversos talleres de creación poética. Actualmente prepara la edición de su primera nóvela. Hace algunos meses durante la Feria Del Libro en Bogotá, hizo en lanzamiento de su libro “El Trasfondo De La Sombra” (Editado por Común Presencia). Cada uno de los poemas editados en este blog son una selección de su nuevo libro.

ES IMPOSIBLE NO MIRAR

Tu ondulación
tu pelo que en caída de agua
detiene la sed y mi cansancio.
Serás siempre mi fracción de paraíso;
la flor marchita que vuelve desnuda
a renovar el alba.
Tu boca sigue vestida de humana transparencia.

EL TRASFONDO DE LA SOMBRA

Crear es construir un asilo.
proyectarse en la piel de la voz,
llevar tu sexo hasta mis manos,
volver a edificar el origen
y en los caminos de los ríos
perderse ante el mar de los inciertos.

Crear es exiliar tus ojos
tras los próximos vacíos,
mudar de la flor,
reconocer la separación de las semillas
para saber que los sentidos
van más allá de la imagen.
Crear es una entretejida maraña,
que en la sombra de lo desconocido
anida todo y me abandona.

POETA

Como un murciélago se cuelga.
Quiere sostener la noche,
construir los crepúsculos de sus soledades,
extraviarse en unos ojos de nulidades ilesas.
Deshaces lo manifiesto.
Aprende a concebir lo imperceptible
Despoja de su máscara a la muerte.


SEDIENTO POR EL DESENFRENO

Y por el enjambre de tu piel
me ahogo en los ojos ciegos de tus senos.

Con mi embriaguez adentro de ti
supe del violeta balsámico
en el que funden los rostros
tras un suspiro de viento y arena.
Ahora conoces
un estertor de efervescencias en mis ojos
y el cáliz que he vertido sobre ti.
El fuego es tu cabalgadura.

UN COLOR PARA THEO

Cuando pensaba en sí mismo
guardaba una hoja disecada
de un amor imposible.
Su obsesión arrojo redes al mundo
volvieron vacías.
quiso plasmar la oscuridad en un lienzo;
obtener su humanidad.
Consumió la extrañeza con sus impulsos
y su frenesí.
En lo extraviado asumió el oriente de su sed.
Desde su ventana pinceló el mar de los sonámbulos,
el frío y la locura, el hambre y la soledad,
Se escucha el tintineo de sus girasoles.

SOMBRAS DE DOS LUCES

Si algo a diario se levanta en mí,
es la Bogotá que me habita.
Toman referencia y altura en mi memoria
sus calles y avenidas.
Salgo de ellas para calmar la zozobra
y los recuerdos del suburbio.
Los días pasan.
Presiento su brillo y su distancia
como un perdido paraíso:
como un nuevo idioma que dispone mi exilio.
Siento que vuelvo a una Ítaca
que impacientemente espera.
Y así regreso
con mi sueño para recorrerla otra vez;
como si en verdad
nada de lo que fundara la distancia
en ambos ocurriera.
Y vuelvo a nacer en ti, ciudad:
Telaraña de asombros,
anhelo cotidiano de mi esencia.

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