Como un niño empuja su juguete hasta el borde de la mesaRoberto Juarroz
y lo dejan caer sin porqué, quizas para jugar con su lugar vació.
un lugar de oquedades infinitas
donde la luz se quiebra
para no atentar contra la sombra.
Es un espacio en mi memoria
donde en cada pasadizo
escucho el tacón distante de tus pasos ausentes
las voces de los espectros por tu imagen poseidos
que nacen de ese imposible sueño de haberte besado
de haber aprendido el lenguaje de tu cuerpo
y seguir aferrado al instante que nunca volverá.
Un mundo paralelo
donde una porcion adolorida de mi ser
se nutre del silencio de tu adiós
en ese mundo árido y poblado por nostalgias
el niño que no ha muerto hoy te reclama.
Rausan Arenas.
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