viernes, 2 de diciembre de 2011

Los Pasos de mi Abuela


La vejez es el precio que pagamos por vivir demasiado
E. M. Cioran

Abuela, abuela
tu sonrisa no se extingue
es como la lumbre de tus ojos
que brillan más allá de la muerte.

Perdida esta tu imagen
en el pasaje de mis instantes
sigues andando
con tu paso entristecido
tus cabellos nevados
tus manos entrelazadas
tus apagados parpados
el baúl oxidado de tus historias.
Tu beso en mi mejilla sonrosada
cuando la infancia transparente
se encuentra con el fluir sabio de la vejez.

Abuela, abuela
aun veo tu rostro en las ancianas
que deambulan por una ciudad caótica
con sus agridulces años a cuestas
te veo también
en el rostro de mi madre
esa parte de ti
que renace en sus facciones.

Abuela, abuela
recuerdo las hermosas
tardes de carnaval en mi alma
cuando presentía tus pasos
me lanzaba entre tus brazos
buscando las gelatina de pata
dentro de una bolsa de papel
mis manos y mi ropa.
Se impregnaban de la blanca maizena
ahora que lo recuerdo
vuelve a nacer el niño
que el bullicio del mundo
no ha logrado asfixiar.

Abuela, abuela
habitas el palacio de mis sueños
en esa patria infinita de la ausencia
donde tu andar tiene el peso del exilio
que solo la muerte otorga definitivamente.

Lo eterno es el olvido
esperame abuela,
pronto estaré contigo
también hay decadencia en mi transitar
los libros me han envejecido
mi cuerpo esta cansado
y añora esa libertad
que nunca será la vida.

Rausán Arenas

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